Siento vergüenza ajena de la pantomima de E.T.A., de la colaboración de los verificadores y de la actuación de nuestro gobierno. Si fuera verdad que la banda terrorista ha llegado al convencimiento de que la violencia no es el camino, dejaría de matar y punto, se pueden quedar las armas o tirarlas al fondo del mar. Todo lo demás es una pantomima.
Y lo siento, lo siento mucho por cada vida inocente que han cercenado, por todos aquellos heridos de por vida, por cada espíritu de padres, hermanos, hijos, familia o amigos de víctimas que han dejado inerte. No alcanzo a imaginar el dolor que han llegado a sufrir, y lo poco que el resto de la sociedad les hemos llegado a reconfortar.
Las personas renunciamos a la venganza por una justicia que en el caso de España no se ha hecho. E.T.A. no ha sido derrotada, E.T.A. no se ha rendido, nos estamos rindiendo nosotros, es a nosotros a quienes E.T.A. ha perdonado la vida y no al revés. Sin justicia, sin venganza (que no es otra cosa que una forma rudimentaria, poco pulida y un tanto aleatoria de justicia) y derrotados sólo cabe rendirse pero por lo menos hagámoslo con dignidad.
No podemos consentir que pretendan que entregando el set de Comansi de combate urbano, que enseñándolo y volviendo a recogerlo, traguemos con la entrega de las armas. Cualquier Guardia Civil en un asalto lleva más potencia de fuego que el arsenal que E.T.A. enseñó el otro día. Cualquier persona con conocimientos básicos de armamento sabe que lo de el otro día fue un juego de niños, cualquier persona con un mínimo de sentido común sabe que, aún siendo importante el gesto de una entrega real de armas, lo importante es la voluntad de no matar y de rendir cuentas con la justicia.
Si nos tenemos que rendir ante terroristas que han matado civiles y militares inocentes, hombres, mujeres y niños inocentes simplemente por que alguien los ha señalado arbitrariamente con el dedo. Ante terroristas que para ellos sí que se arrogan todos los derechos que les provee la justicia española. Si tenemos que claudicar ante personas que eligen el camino de la fuerza, de la violencia pero que cuando son respondidos con casi su medicina, ni siquiera se atreven a luchar, se entregan y punto, la mayoría de la veces víctimas de una masiva relajación de esfínteres. Si tenemos que rendirnos antes estos elementos y sus adláteres, si tienen que ocupar las instituciones, si pueden caminar libremente por la calle con 20 ó 30 asesinatos en sus espaldas, si han demostrado que sí, que con la violencia se consigue y que debemos de asumir nuestra derrota, rindámonos a sabiendas de que lo estamos haciendo, para jugar a las pistolitas ya tenemos a nuestros hijos aunque quizás sea mejor que dediquen ese tiempo a estudiar para emigrar lo antes posible de un país que no defiende a los suyos.

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