El 27 de febrero de 1984, hoy hace 30 años, era lunes. Cursaba por entonces el 4º curso de la difunta Educación General Básica en el colegio San Estanislao de Kostka en la calle Atocha número 45 de Madrid. El colegio, que ocupaba todo el edificio, estaba frente al mítico cine Consulado del número 38 de la misma calle. En el edificio del cine Consulado había también una discoteca homónima, aunque familiarmente conocida como "Consu". Esta boîte se hizo muy famosa entre las jóvenes que, venidas de los pueblos a la gran capital, trabajaban como empleadas del hogar internas. Con el tiempo cerraron el colegio, el cine y la discoteca. En el edificio del colegio mantuvieron la fachada pero lo dividieron en pisos y apartamentos destinados al alquiler. El edificio Consulado fue derribado levantándose en su lugar un nuevo y moderno edificio de apartamentos. Curiosamente la que fue mi clase de 3º de E.G.B. es ahora una casa de putas. Casualmente algunos de los apartamentos que ocupan la que fuera sala de cine del edificio Consulado se alquilan a día de hoy por horas, quizás esto explique muchas cosas, quizás no. Las chicas de servicio doméstico en Madrid ya no son del pueblo, son filipinas y están tan internas que no tienen discoteca.
Como ese lunes de 1984 hizo mucho frío, mi padre, que era quién me recogía del colegio, decidió llevarme al cine. Para cualquier día de colegio las opciones eran dos: o íbamos al Retiro o me llevaba al cine. En pleno invierno solíamos ir al cine porque anochecía demasiado pronto y según se alargaban los días lo habitual era pasar la tarde en el Parque del Buen Retiro. Todas las semanas íbamos al menos una vez a ver una peli en día de diario, todas las semanas íbamos al menos una vez al Retiro. Lo habitual era ir al cine Imperial de la Gran Vía donde solían proyectar películas más bien infantiles para después merendar unas deliciosas tortitas con nata, yo con chocolate y batido, mi padre con caramelo y café, en la cafetería Nebraska contigua al cine. Tal día como hoy hace ya treinta años, bien por que ya me estaba haciendo un hombrecito o más que probablemente porque mi padre, tipo paciente, sufrido y callado, estaba hasta los huevos de ver películas para niños, cruzamos la calle para ver en sesión doble por el módico precio de 300 pesetas la entrada, un euro ochenta, Impacto Súbito y Star 80. Por cierto, qué alegría me ha dado escribir la palabra "pesetas", "pts", "ptas", "pelas". Ya paro...
El hecho de que mi padre me llevara tan pequeño a ver esas dos películas puede explique sucesos y comportamientos posteriores en mi vida aunque también puede que no signifique nada. Lo que sí es cierto es que desde entonces voy buscando la oportunidad de reproducir en la vida real una de las mejores escenas de Clint Eastwod:
- Bien, nosotros no vamos a dejar que salgas de aquí caminando.
- ¿Quién es "nosotros"?, comepollas.
- Smith, Wesson y yo
¡Bang!¡Bang!¡Bang! ¡Motherfucker! (Este es mi toque personal)
Respecto de Star 80, película infravalorada de Bob Fosse, supongo que tanto desnudo me influyó algo pero todavía no he averiguado cómo o cuanto.
Pero yo no escribo esta historia para contar mi vida pese a haberlo hecho. El lector avezado habrá reparado en el precio del cine, ¡un euro con ochenta céntimos la sesión doble!. Escribo para comparar los precios del cine de entonces que parecen tan económicos con los de ahora que parecen tan caros.
Star 80 e Impacto súbito se estrenaron en Estados Unidos en noviembre y diciembre, respectivamente, de 1983. Hace veinte años los estrenos no eran simultáneos en todos los países, normalmente tardaban algunos meses en llegar a España por lo que en nuestro país fueron estrenadas en febrero de 1984. ¡Dos estrenos en sesión doble por 1,80 euros!, y no dos estrenos cualquiera; Bob Fosse era un dios tras "All that Jazz" y Clint..., Clint siempre ha sido Clint.
Hay quién puede decir que 300 pesetas (¡subidón!) era mucho dinero. Para no discutir sin datos he buscado información necesaria para poder comparar los precios del cine en 1984 con los precios del cine en 2014.
En 1984 el cine costaba 150 pesetas (¡gustito!), 0,90€, si era sesión normal. 300 pesetas, 1,80€, la sesión doble y, atención, ¡el día del espectador la sesión doble costaba 150 pesetas, 0,90€!. Ahora comprendo porqué llegaba a ir tres y cuatro veces a la semana al cine.
Para comparar con la actualidad, veinte años después, se me ocurren dos cosas: la primera comparar el precio con la evolución del salario mínimo, la segunda pasar el precio del cine en 1984 a euros actuales.
El salario mínimo en 1984 era de 208 euros. El salario mínimo hoy, en el 2014, es de 645,30 euros, 3,11 veces el de 1984. Una entrada de cine hoy cuesta en un día normal 8,3 veces lo que una entrada en 1984, siempre sin contar la opción de sesión doble el día del espectador porque en ese caso nos iríamos a que hoy en día ver una película de estreno cuesta 14,4 veces más que en 1984.
Euros actuales; 300 pesetas en 1984 equivalen, en teoría y según la evolución del IPC, a 3,92 euros, 650 pesetas, a día de hoy. Hoy una entrada en el cine Callao cuesta 7,50€ ó 1.250 pesetas en un día normal. Vísperas y festivos 8€ ó 1.330 "pelas".
Yo me fío más del primer método pero aún aceptando el segundo como bueno, ¿con qué otras cosas nos han metido un gol por la escuadra?
A los avispados, ¡vaya manera de proliferar la prostitución! (Lamento no haber podido realizar una comparativa sobre esta actividad económica, aunque si es de interés...)






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