miércoles, 28 de julio de 2010

Miénteme, llámame "cari"

     No quedan muchos hombre parecidos a Johnny Logan, aquel pistolero que ocultaba la velocidad de su revólver tocando una guitarra bajo el falso apellido de "Guitar". Curiosamente es ahora, en una época de tíos afeminados que se depilan las cejas y utilizan más cosméticos que una drag, cuando es prácticamente imposible escuchar de un hombre una petición de tan hondo calado. Estamos en la época de los "aprieta-intros" del messenger, los killers del facebook, los cuatreros del meetic, badoo... y ellas que se dejan, claro, porque Joan Crawfords tampoco quedan muchas.


     Logan, pistolero veloz de palabras contundentes, cínico afirmando que lo único que necesita un hombre es una taza de café y un buen cigarro, baja de los altares del polvo, las escupideras y las balas para pedirle a la Crawford que le mienta que le diga que le quiere, para preguntarla que a cuantos hombres ha olvidado y la censura nos privó de la sublime respuesta de Joan "a tantos como mujeres tú aún recuerdas". En lo tiempos que corren cualquier alérgico al polvo de ingles depiladas consigue mucho más con un original "fllms o ke?".

    Y una vez inmerso en este matrix del buen amor, en este "Ars Amandi" binario empieza la verbena de un amplio elenco de términos y expresiones como "churri", " cari", con la defunción de la palabra "amor" en su segunda acepción y, por supuesto, con la total devaluación de un "Te quiero". Expresiones toda,s que a fuerza de repetirlas sin sentimiento o siendo estos ilusiones engañosas, pierden todo su valor y significado. Bienvenidos al carnaval del "me molas, "me pons", "te pongo, "te pons", "cielo", "cari", "nubecita", "caramelito", "princesita", "kdms?", "tns cam?. Ktat algo". Y a mí que ni quito ni pongo siempre m kdra Casa La Turca, que por cierto, la dueña no es turca sino francesa de bigote frondoso, que no se depila por temor a que la salga el vello más tupido. De Casa La Turca, la francesa y su loro escribiré en otro momento.